El escritor español Camilo José Cela decía que la siesta es el yoga ibérico. El momento sagrado para relajarse. En realidad es una costumbre muy antigua. La palabra siesta procede de la expresión "hora sexta" que usaban los romanos para identificar el periodo entre las 14 y las 16 horas. Tradicionalmente es en este espacio de tiempo que se echa la siesta.
"La siesta es un período en el que el cerebro precisa de un breve descanso (entre las dos y las cuatro de la tarde.)Por eso tenemos sueño en este periodo de tiempo. La digestión produce un pequeño estado de sueño que se une a la siesta", afirma el conocido neurofisiólogo Eduard Estivill, quien acredita que "la siesta para los niños hasta los cinco años es imprescindible".
Es muy difícil encontrar un bebé al que no le guste echar una siesta después de comer o después de una jornada de mucha actividad. Los expertos insisten que el sueño de los niños es tan importante cuánto su alimentación. Al dormir, los niños reponen energías y relajan al mismo tiempo. El hábito de "echar la siesta" es fundamental para su desarrollo. Por esta razón, los padres deben insistir a que sus hijos echen la siesta por lo menos, según los expertos, en los cinco primeros años de vida.
El momento ideal para una siesta
La observación es lo primero. Busca identificar en tu bebé algunas señales que indiquen que él tiene sueño. Señales como: demasiada quietud, inapetencia por el juego, deseo de acostarse, irritabilidad, bostezos, restregamiento de ojos, interés por el chupete o el biberón, etc. Cuando el bebé presente algunas de estas señales, no esperes mucho para acostarle. Un bebé muy cansado encontrará dificultades para conciliar el sueño. El primer paso para el estreno de una siesta es trazar una rutina cuanto al horario, el ambiente, los hábitos. Se empieza creando un ambiente adecuado para su descanso. Su habitación debe estar tranquila, confortable y a una temperatura agradable. [...].Cada bebé o niño es un mundo distinto. Reaccionan de diferentes formas a sus necesidades de sueño. Pero, normalmente, suelen obedecer a algunos horarios de siesta. [...].
Las siestas regulares pueden mejorar el sueño de la noche.
la siesta no es solamente un parón en el día para que el bebé recargue energías, sino que es una parte importante de su desarrollo pues favorece un nivel avanzado de aprendizaje conocido como abstracción.
Hacer esa pausa les ayuda a asimilar lo aprendido y dejar espacio para nueva información. Tras un periodo de sueño, retienen mucho mejor los conceptos.
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