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OJERAS!!! como te elimino

   Queridas ojeras!!
               
                     Hoy me he levantado como todo los días del año, antes que el despertador, bien temprano, al mirarme allí estas y a ti te saludo,has aparecido de a poco y mientra te miro, busco en el archivo de mi cerebro que algo leí sobre como eliminarte de mi cara, son unos segundo mientras miro mi cara cuando llega ese molesto y a la vez dulce ruidito........ gua gua!!!! si es el llanto de mi bebe de pocos días que se despierta a cada instante, estamos en la fase en que nos tenemos que acostumbrar a estar separados,y es ahí donde caigo!! ya se quien te a invitado a llegar a mi cara no tan estimadas OJERAS!!
   Pienso mientras voy a por mi lindo niño, que tal vez estés allí por mucho tiempo..., porque ahora no duermo, ni de noche ni de día, mi niño me necesita,.. pero luego vendrán los dientes y mas noches sin dormir, porque dicen que es cuando mas duelen, luego las noches donde regulan el sueño, las de crecimiento, aquellas donde estan cansado y por eso no se quieren dormir, las de los  sueños nocturnos y el cambio de habitación, porque me dirán  que como tienes tres años no podrás dormir con mama y allí lloraremos los dos y ninguno dormirá, ni mi niño ni yo, alguna que otras noches en vela por que este el pequeño con fiebre, por que tiene pesadillas o por que solo me extraña, y a si muchas noche hasta que todo se tranquiliza y yo tal vez me ocupe de ti ojeras y vuelva a Internet a mirar como te elimino, cuantas cosas me pondré en la cara para que te vallas..,
  Pero se que volverás porque esta vez te invitare yo!!! cuando consiente me pase noches sin dormir a la espera de que ese bebe que te llamo la primera vez, aparezca por la puerta llegando a casa de madrugada los fines de semana, sano y salvo.
 por lo visto queridas ojeras tu y yo tendremos que acostumbrarnos a que estamos juntas porque nos queda a un mucho camino y la verdad no tengo tiempo para mirar, ni recordad como sacarte. por eso te digo buenos días querida ojeras bienvenidas seas!!!!!


ivana garin

METODO MONTESSORI






Aquí os dejamos una nueva conferencia de Criança Dolça nuestra actividad para las mamás,cuidadoras y familias con bebés de 0-3 años, la cual podréis disfrutarla de forma gratuita todos los miercoles y viernes de 10:00 a 12:00hs.

Esta actividad tiene un coste, para pagar a la profesional que impartirá la charla sobre método montessori






BABY LED WEANING QUE ES??


Baby-led weaning 

   Es el término inglés que se utiliza para designar la iniciación en la alimentación complementaria dirigida por el bebé, podríamos hablar de “auto alimentación” o alimentación autorregulada. Se trata de no darle al bebé ni papillas ni purés, sino de ofrecer los alimentos cortados en trocitos que ellos mismos puedan manejar y comer de forma autónoma, así de sencillo.

La principal diferencia entre la alimentación autorregulada y la forma tradicional de alimentar a los bebés reside en el orden en que los bebés aprenden el proceso de comer. Con el puré, primero aprenden a tragar y, más adelante, a masticar, lo que funciona bien hasta que encuentran un trocito. Con la alimentación autorregulada, los bebés aprenden primero a masticar y bastante más adelante a tragar.


Trata de una alimentación dirigida por el bebé en el sentido en que se deja que los bebés hagan lo que necesiten hacer en su proceso de aprendizaje, mientras que los padres han de resistir la tentación de calcular las cantidades ingeridas. Tampoco han de preocuparse por lo que se pueda ensuciar, se trata de que el bebé experimente y se divierta con la comida.Por supuesto, sería perfecto que todas las comidas se hicieran en familia, pero eso no siempre es posible. Lo importante es seguir con el “acto social” aunque solo sea para compartir un bocadillo con tu bebé en el almuerzo. Sonreís, disfrutad y estar atentos.



MEI TAI

 

Mei Tai

es un portabebé tradicional de origen asiático.

Básicamente consiste en un portabebé, con un cuerpo central que hace de asiento con respaldo para el niño o bebé. Dos tiras cortas salen de las esquinas inferiores y dos tiras más largas de las superiores. Las más cortas se atan a la cintura con un doble nudo, justo por debajo del pecho, con el asiento del bebé en la posición en la que se desee llevar, de uso muy sencillo e intuitivo. Es lo más parecido a un portabebé tipo mochila. De echo son las mochilas las que copian este sistema haciéndolo más comercial con hebillas de plastico, tejidos más o menos resistentes y otros complementos.
A lo largo de la historia de la humanidad los pueblos han utilizado para vestirse los tejidos de los que se disponía y por lo tanto en cada región pueden ser diferentes a pesar de estar cercanas unas a otras. En pueblos asiáticos se utilizan telas de algodón, lanas, en otros como en áfrica se utilizan pieles curtidas. Pero en todos los casos los portabebés están cargados de simbología, por lo general son utilizada por los aldianos que para realizar sus tareas de campo y cultivo llevaban a sus pequeños a alsas, esto permite que las manos queden desocupadas para realizar las tareas sin dejar de cuidar al niño. 
Existen variantes también de origen asiático como las llamadas Onbuhimo (de origen Japones) o el Podaegi, o Podegi, de origen Coreano, porta bebes de la misma caracteristicas quel Mei Tai
Este tipo de portabebé cuando no lleva reductor no es conveniente para bebés con menos de 5 meses. A partir de los 4-5 meses y dependiendo del tamaño del bebé vamos a poder usar este tipo de sistema de porteo, tan sencillo, cómodo y además fresco (dependiendo de los materiales de confección).
Un portabebé de estas características debe siempre asegurar que el bebé se encuentra en la posición correcta, es decir:
  • Sentado, el peso reposa sobre el culete, no sobre las rodillas ni sobre las piernas)
  • Con las rodillas ligeramente por encima del culete.
En ningún caso las piernas del bebé deben ir colgando. Por otro lado el porta bebé se adaptará bien al crecimiento del bebé, distribuyendo además de manera correcta el peso del niño sobre el torso o espalda del usuario. (en otra entrada daremos como hacer un mei tai uno misma como el que llevo en la foto)

      Un poco de historia: El Fular

      Desde tiempos ancestrales, las mujeres han cargado con sus hijos a sus espaldas, o al frente, o en la cadera. Ya sea recién nacidos o niños más grandecitos los han llevado consigo para hacer más fácil su vida, así podían hacer los quehaceres domésticos, trabajar, o salir a pasear junto con sus hijos.

      Es asombroso ver cómo tienen ambas manos libres para trealizar sus actividades, o para llevar de la mano a otros de sus hijos. En la época Victoriana esta práctica entró en desuso y hasta fue vista como algo que sólo lo practicaban los ignorantes. Esto ha estado revirtiéndose en los últimos años.

      ¿Qué pasa en la Actualidad?

      Por suerte, en los últimos años hay cada vez más padres a favor de una crianza más natural y sencilla. Cada día se inventan artilugios nuevos que supuestamente cubren "todas nuestras necesidades", pero en la mayoría de los casos estas mismas necesidades han sido creadas por la publicidad y los medios de comunicación.
      Evidentemente hay todo un mercado que se beneficia económicamente de la venta de leches de continuación y de artículos de puericultura cada vez más sofisticados, ¿pero que necesitamos nosotros, los padres? ¿Y nuestros hijos? Necesitamos más tiempo de calidad con nuestros hijos, más proximidad, y, a la vez, quisiéramos seguir con nuestro ritmo de vida habitual (en la medida de lo posible).

      La mayoría de nosotros vivimos en entornos urbanos, poco adecuados para las necesidades de familias con niños pequeños, con un tiempo de baja maternal demasiado corto y un ritmo de trabajo frenético. Nos gustaría adaptarnos a las necesidades de nuestros bebés, pero a veces los obstáculos parecen insuperables. Y para colmo, nos sentimos culpables por dedicarle poco tiempo a nuestro hijo, en vez de disfrutarlo cuando podemos. A pesar de que nosotros consideremos la situación como "segura", él no la percibe así en absoluto.
      Hasta los 9 meses aproximadamente, el bebé no entiende la ausencia de los cuidadores como temporal.
      Para él, lo que está fuera de su campo de visión no existe. Nos podemos imaginar la angustia que le puede causar la sensación de abandono. ¡aunque sea para 5 minutos! Cuanto más relajado y seguro esté un bebé, más equilibrado estará emocionalmente, ¡y menos llorará! Incluso nuestra anatomía está claramente adaptada para llevar a nuestros bebés encima.
      La forma de la cadera y cintura femenina en los humanos facilita un asiento estable para el bebé, y los pequeños ayudan con la posición de sus piernas: incluso bebés de menos de un mes doblan las piernas y separa las rodillas automáticamente cuando los levantamos, en espera de "cabalgar" en la cadera.

      Sigue habiendo muchos pueblos indígenas en el mundo (en Asia, América Latina y áfrica) que llevan sus niños todo el día encima, cuando trabajan en el campo y durante los labores domésticos. Estos niños suelen llorar mucho menos que los bebés occidentales y, contrario a lo que se pueda pensar, ¡se independizan bastante antes que ellos! En Austria, Alemania, Holanda, etc. los fulars en muchos casos ya han sustituido los cochecitos, sobre todo para bebés pequeños. En España están empezando a difundirse, cada vez hay más pediatras y comadronas o asesoras de las organizaciones de lactancia que lo recomiendan.

      Fuente Mami kanguro

      Semana internacional de la crianza en brazos 2011

      Del 10 al 16 de octubre se celebra la semana internacional de la crianza en brazos, bajo el lema ¨ Un mundo de posibilidades¨



      Queremos compartir con vosotros algunas de las ideas que desarrolla  Jean Liedloff (antropóloga nacidad en Nueva York en 1926- 2011) en su libro denominado  ¨ El concepto del Continuun. En busca del bienestar perdido ¨

      Según la investigadora, para alcanzar un óptimo desarrollo físico, mental y emocional, los seres humanos (especialmente los bebés) necesitamos vivir las experiencias adaptativas que han sido básicas para nuestra especie a lo largo del proceso de nuestra evolución. Para un bebé, estas experiencias necesarias son:

      • Contacto físico permanente con la madre (u otro familiar o cuidador/a) desde el nacimiento.

      • Dormir en la cama de los padres en permanente contacto físico hasta que el bebé decida lo contrario por sí mismo, lo que ocurre alrededor de los dos años.

      • Lactancia materna a demanda.

      • Permanecer constantemente en brazos o pegado/a al cuerpo de otra persona hasta que el bebé comience a arrastrarse o gatear por sí mismo, lo que sucede en torno a los 6-8 meses.

      • Disponer de cuidadores/as que atiendan las necesidades del bebé (movimientos, llantos, etc.) sin emitir juicios ni invalidarlas. Es importante tener en cuenta que el bebé no debe ser el centro de atención permanentemente, aunque sí debe sentir que sus necesidades serán satisfechas.

      • Hacer sentir al bebé y potenciar sus expectativas basadas en que es un ser innatamente social y cooperativo, al tiempo que fomentar su fuerte instinto de autoconservación. Igualmente, es básico que el bebé siente que es bienvenido y tenido en cuenta.
      Los bebés cuyas necesidades continuum han sido satisfechas desde el principio a través de la experiencia “en brazos” desarrollan una gran autoestima y son mucho más independientes que aquéllos a los que se les ha dejado llorar solos por miedo a que se vuelvan unos “mimosos” o demasiado dependientes.

      Criança Dolça suspende actividades


      Jamás hubiéramos querido comunicarles esta noticia, pero momentáneamente no contamos más con nuestro querido espacio.
      Para los que no nos conoceis, nosotras iniciamos un grupo de crianza allá a lo lejos en el 2009, en el pueblo que vivimos (El Masnou, Barcelona) del cual ninguna es oriunda, pero  hace tiempo formamos parte de dicha comunidad. Cuando nacieron nuestros hijos nos  acercamos a un grupo de lactancia que había en Teiá (otro pueblo cercano) y ahí fué donde nos conocimos. Conforme nuestros niños iban creciendo las charlas en torno al grupo de lactancia rondaban cada vez temas más diversos, sueño, alimentación complementaria, pipi, etc. Fué ahí que decidimos (motivadas por nuestra propia necesidad) abrir un grupo más heterogéneo, donde padres y madres pudieran sentirse cómodos y escuchados, un lugar donde pudiéramos intercambiar inquietudes y poner sobre la mesa nuestros miedos y pensamientos sin ser juzgados, sentir que no estamos solos en este viaje.
      En un primer momento, nuestros encuentros se realizaban en la playa (ya que el tiempo nos acompañaba) y por esas cosas del destino conocimos a unas mamás que ya venían juntándose  y el ayuntamiento (gobierno local) les había dado una sala, sus niños eran un año mayor que los nuestros, por lo tanto decidimos que nosotras seguiríamos con nuestro grupo de crianza enfocado a bebés 0 a 2 y ellas seguirían con la franja de 2 a 3 años. Conseguimos nuestra primer sala a fines del 2009, una sala nada adecuada para los pequeños, pero por lo menos teníamos un sitio.
      Cada una de nosotras donó  juguetes y con mucho esfuerzo comenzamos a hacer publicidad del grupo, nos reuníamos dos veces por semana, una por la mañana y otra por la tarde. Poco a poco fué viniendo más gente y cada vez los encuentros eran más ricos, tanto para nosotras como para nuestros niños.
      Durante ese primer invierno tuvimos que suspender los encuentros de las tardes, ya que, como comenté, la sala no era adecuada y realmente al caer el sol hacía mucho frio. En primavera reanudamos las actividades vespertinas y en verano pasamos nuevamente a la playa.
      Las otras mamis que llevaban el grupo de 2 a 3 dejaron de juntarse, por lo tanto nosotras abarcamos la franja completa de 0 a 3.
      Llego septiembre del 2010 y finalmente después de varias reuniones mantenidas con el departamento de infancia del ayuntamiento, Cruz Alvarez (regidora de ese momento) nos dió la noticia que nos dejaban la sala polivalente de la guardería La Barqueta, para hacer nuestros encuentros!
      Un espacio completamente adaptado a los niños, nos trasladamos con nuestros juguetes y poco a poco fueron acercandose más y más mamás del pueblo, realizamos talleres y clases gratuitas. Realmente estábamos muy conformes.
      Quiero aclarar que jamás pedimos dinero a ninguna mamá, siempre hemos ofrecido este espacio de encuentro sin cargo, de forma voluntaria y sin ningún ánimo de lucro. Porque realmente creemos que cuando uno inica este viaje de la maternidad, debe hacerlo acompañada, no sólo por sus familiares (si están cerca)  sino por una red de personas que pasen o hayan pasado por situaciones similares, donde uno pueda sentirse comprendida y acompañada.
      Para terminar les cuento que ya no contamos con la sala. Llegaron las elecciones y con ellas el cambio de gobierno ( y con esto no quiero politizar ni nucho menos) pero lamentablemente ahora nos piden una serie de requisitos para tener la sala, condiciones que (de momento) no podemos asumir. Tenemos que ser asociación (ya en trámite) pero también tener un seguro de protección civil, el cual sale bastante dinero y nosotras no podemos asumir dicho coste. Desde el ayuntamiento nos invitaban a que hiciéramos socias a las mamis que se acercaran al grupo y que de ahí sacáramos tal importe, (según ellos así funcionan todas las asociaciones) pero nosotras creemos que estos encuentros DEBEN ser GRATUITOS, igual que funcionan los parques, donde padres y madres se acercan a ellos sin tener que pagar por estar allí con sus hijos.
      No hemos bajado los brazos, estamos intentando encontrar otro espacio.
      Pero de momento Criança Dolça suspende sus actividades hasta nuevo aviso.

      Gracias por habernos acompañado en este tiempo, gracias por vuestro apoyo en la calle, gracias por leernos.

      Hasta pronto!

      Criança Dolça

      Los niños necesitan límites o presencia materna?


      SOLEMOS DETERMINAR QUE UN NIÑO “NO TIENE LÍMITES” CUANDO “PIDE” DESMEDIDAMENTE O CUANDO SU MOVIMIENTO CONSTANTE NOS DISTRAE O NOS RECLAMA ATENCIÓN. SIN EMBARGO, ANTES DE JUZGARLOS Y ROTULARLOS EN SU COMPORTAMIENTO, TRATEMOS DE PONERNOS EN SU LUGAR, DE IMAGINARNOS EN SU CUERPO  Y EN SU CONFUSIÓN, EN LA IMPOSIBILIDAD DE COMUNICAR LO QUE GENUINAMENTE NECESITA.  EL NIÑO UTILIZA EL MISMO SISTEMA CONFUSO DE PEDIR “LO QUE PUEDE SER ESCUCHADO” Y NO LO QUE REALMENTE DESEA. YA HA CONSTATADO QUE LO QUE MOLESTA, SIEMPRE ES PRIORITARIO EN LA ATENCIÓN DE LOS DEMÁS.

      Lo verdaderamente complejo, es que la presencia comprometida de los padres es escasa. Cuando los niños “no tienen límites, piden desmedidamente o no se conforman con nada”, están reclamando desplazadamente presencia física y también compromiso emocional.

      Cuando los adultos no logramos reconocer con sencillez y sentido lógico una necesidad personal, tampoco podemos comprender la necesidad específica de un niño, y menos aún si está formulada en el plano equivocado. Sin darnos cuenta,pedimos lo que creemos que será escuchado y no lo que realmente necesitamos. A este fenómeno tan frecuente y utilizado por todos nosotros, lo denomino: “pedido desplazado”.
      Por ejemplo: las mujeres necesitamos que nuestro esposo nos abrace y nos diga cuánto nos ama. Sin embargo en lugar de explicitar nuestra necesidad afectiva, le rogamos que se ocupe de cambiar al bebé. Cuando un deseo es expresado a través de otro deseo, aparece el malentendido. Inconscientemente solicitamos algo diferente de lo que necesitábamos, por lo tanto no obtenemos lo deseado, y así nos sentimos incomprendidas, desvalorizadas y enfadadas. En el plano emocional, cuando no sabemos lo que nos pasa o no lo podemos explicar, obviamente nada ni nadie logran satisfacernos.
      En relación a los niños, esta situación es tan corriente que la vida cotidiana se convierte en “un campo de batalla”. Levantarse para ir a la escuela, comer, bañarse, ir de compras, hacer la tarea, llegar o irse de algún lugar, ir a un restaurante en familia; todo parece ser “un gran malentendido” donde todos terminamos molestos. Y hemos encontrado un rótulo muy de moda aplicable a casi cualquier niño y a casi cualquier situación: “a este niño le faltan límites”
      El tema de los límites -como se lo entiende vulgarmente- es un problema falso, ya que no se vincula con la autoridad o la firmeza con que decimos no. Al contrario, se resolvería fácilmente si fuésemos capaces de acordar entre el deseo de uno y el deseo del otro con sentido lógico para ambos. Y para ello se necesita capacidad deescucha, una cierta dosis de generosidad, reconocimiento de las propias necesidades, y luego la comunicación verbal que legitime y establezca lo que estamos en condiciones de respetar sobre el acuerdo pactado.
      Nos preguntamos cómo hacer para que nuestros niños se comporten bien, sean amables y educados y puedan vivir según las reglas de nuestra sociedad. Sin embargo, estos “resultados” no dependen tanto de nuestros consejos, -y mucho menos de nuestro autoritarismo- sino de lo que podemos comunicar genuinamente. Para ello se requiere un trabajo de introspección permanente.
      No puedo contar qué me sucede si no sé qué me pasa de verdad. Luego, es necesario saber lo que le pasa al niño. Y sólo después será posible llegar a acuerdos basados en el conocimiento y la aceptación de lo que nos pasa a ambos. Si queremos niños dóciles y comprensivos, tendremos que entrenarnos en la dulzura hacia ellos y hacia nosotros mismos.
      Por otra parte, ir en busca del pedido original del niño, requiere un conocimiento genuino sobre las necesidades básicas de los más pequeños. Los adultos consideramos con frecuencia que “ya son demasiado grandes para…” Invariablemente deberían lograr algo que aún les resulta inalcanzable como habilidad: jugar solos, no chuparse el dedo, permanecer en las fiestas de cumpleaños sin nuestra presencia, dejar el biberón, no interrumpir cuando los grandes conversan, quedarse quietos, estudiar solos, no mirar la tele, no molestar, etc.
      Pero lo verdaderamente complejo, es que la presencia comprometida de los padres es escasa. Cuando los niños “no tienen límites, piden desmedidamente o no se conforman con nada”, están reclamando desplazadamente presencia física y también compromiso emocional. De hecho, cuanto más insatisfechos estén los niños, más reclaman, menos los toleramos y más los adultos los echamos de casa porque nos desgastan. Los enviamos a pasar largas jornadas en las escuelas, fines de semana en casa de los abuelos, múltiples actividades extra escolares…ahondando la desconexión y el abismo que nos separa.
      Un niño que nos exaspera es simplemente un niño necesitado.
      Por eso el tema de los límites es un problema falso. Cuando hablamos de límites, hay que considerar nuestras capacidades de comunicación y de franqueza con la que nos dirigimos a nuestros hijos.
      Esto no significa que debamos soportar la tiranía de caprichos absurdos. Al contrario, el niño no es libre de hacer cualquier cosa, pero nosotros tampoco. Se trata de preguntar al niño qué necesita, en qué lo podemos ayudar, y se trata de relatar también qué nos sucede a nosotros los adultos y qué estamos en condiciones de ofrecer. Luego, haremos algunos acuerdos posibles. Así de fácil.

      Laura Gutman






      Crianza con apego

      La “crianza con apego” (attachment parenting), una frase acuñada por el pediatra William Sears, es una filosofía basada en los principios de la teoría del apego en la psicología del desarrollo. Según la teoría del apego, un fuerte enlace emocional con los padres durante la infancia, también conocido como apego seguro, es un precursor de relaciones seguras y empáticas en la edad adulta.

      La teoría del apego, propuesta originalmente por John Bowlby, indica que el niño tiene tendencia a buscar proximidad con una persona y sentirse seguro cuando esa persona está presente. En comparación, Sigmund Freud propuso que el apego era una consecuencia de la necesidad de satisfacer varios deseos. En la teoría del apego, el apego se considera un sistema biológico y los niños están naturalmente unidos a sus padres porque son seres sociables, no simplemente porque necesitan a otras personas para satisfacer sus deseos. El apego es parte normal del desarrollo del niño.
      La psicóloga del desarrollo Mary Ainsworth ideó un procedimiento, llamado La Situación Extraña (The Strange Situation), para observar relaciones del apego entre la madre y el niño humanos. Durante 20 minutos, observó interrupciones generadas en el vínculo madre/niño, y se fijó en que estos afectaban la exploración y el comportamiento del niño hacia la madre. Este análisis del apego ha sido cuestionado recientemente, ya que podría no ser una medida válida para los niños que no experimentan angustia ante el primer encuentro con un extraño.
      Según la Attachment Parenting Internacional (API) hay 8 principios que fomentan el apego saludable (seguro) entre los padres/tutores y el niño. Aunque ninguno de esos principios derivan directamente de la investigación original del apego, se presentan como prácticas para “ser padres” que pueden llevar a un “vínculo firme”, a una “receptividad coherente y sensible” y a una “disponibilidad física y emocional” que para la investigación son factores clave en un vínculo seguro.
      Ocho principios de la crianza con apego
      La Attachment Parenting International (API), partidarios de la Crianza con Apego del Dr. Sears, intentan fomentar un vínculo seguro con los hijos mediante ocho principios que se identifican como metas a conseguir por los padres. Estos ocho principios son:
      1. Preparación para el embarazo, el nacimiento y la labor como padres.
      2. Alimentación con amor y respeto.
      3. Responder con sensibilidad.
      4. Utilizar la crianza de apego.
      5. Incluir la crianza también durante las noches.
      6. Proporcionar el cuidado cariñoso constante.
      7. Practicar la disciplina positiva.
      8. Esforzarse para un equilibrio en la vida personal y familiar.
      Estos valores se interpretan de diversas maneras por todo el movimiento. Algunos padres afines a la crianza con apego también eligen vivir una forma de vida familiar natural, tal como el parto natural, el nacimiento en casa, criar en casa, educación en el hogar, aprendizaje natural, el movimiento anti-circuncisión, ligas para la libertad de vacunación, salud natural, movimientos de cooperativa y consumo de alimentos orgánicos
      Sin embargo, el Dr. Sears no requiere que los padres sigan estrictamente ningún conjunto de reglas, sino que anima a los padres a ser creativos al responder a las necesidades de sus hijos. La crianza con apego, fuera del modo del Dr. Sears, se centra en las respuestas que respaldan los vínculos seguros.
      La crianza con apego busca entender las necesidades biológicas y psicológicas de los niños, y evitar expectativas poco realistas en el comportamiento del niño. Al fijar límites que sean apropiados para la edad del niño, la crianza con apego toma en cuenta cada etapa física y psicológica del desarrollo que el niño está experimentando. De esta manera, los padres pueden intentar evitar la frustración que ocurre cuando esperan cosas que los niños no pueden hacer aún.
      La crianza con apego mantiene que es de vital importancia para la supervivencia del niño que sea capaz de comunicar sus necesidades a los adultos y que estas sean atendidas sin demora. El Dr. Sears advierte que mientras el niño es pequeño, es mentalmente incapaz de ninguna manipulación. comenta que durante el primer año de vida, las necesidades y los deseos de un niño son lo mismo. El Dr. Sears y otros partidarios de la crianza con apego piensan que las necesidades no satisfechas aparecen de inmediato intentando satisfacer lo que no fue satisfecho. La crianza con apego observa el desarrollo así como la biología del niño para determinar las respuestas psicológicamente y biológicamente apropiadas para cada etapa. La crianza con apego no significa resolver una necesidad que el niño pueda satisfacer por sí mismo. Significa entender cuáles son las necesidades, cuándo se presentan, cómo cambian a lo largo del tiempo y de las circunstancias, y ser flexibles al idear maneras para responder apropiadamente.
      Prácticas similares son conocidas como crianza natural, crianza por instinto, crianza intuitiva, crianza de inmersión o crianza en el “concepto del continuum”.
      Situación en España
      En España los máximos representantes y pioneros en la crianza con apego son el Doctor Carlos González con su libro “Bésame mucho, cómo criar a tus hijos con amor”, la psicóloga Rosa Jové con su libro "Dormir sin lágrimas" y varias publicaciones mas sobre la importancia de la lactancia materna, tanto para el desarrollo físico como emocional del bebé. Ha colaborado en la difusión del apego en las relaciones madre/niño. Dando una alternativa a la corriente mayorit
      La Asociación Española de Pediatría anima a los padres a realizar una lactancia prolongada, tal como aconseja la OMS.
      También la Asociación Española de Pediatría ofrece a través de su página diversa información sobre el colecho, clasificándolo como una práctica beneficiosa tanto para la lactancia como para crear un “vínculo seguro” con el bebé, siempre y cuando se realice el colecho de forma segura.aria.
      ya que muchos estudios demuestran que compartir la cama es más beneficioso para el lactante y la madre. Ya que favorece una lactancia prolongada la cual es un factor de prevención del SMSL. Indican que son necesarias más investigaciones sobre colecho seguro y sus posibles beneficios o perjuicios.
      Acompañado al concepto de crianza con apego existen diversos movimientos relacionados en el embarazo y parto. Como la Asociación el Parto es Nuestro, formada por numerosos profesionales de la medicina. Donde se busca informar a las futuras madres de técnicas de parto más eficientes y más beneficiosas para madre y bebé. A la vez que dan apoyo a madres que han sufrido partos traumáticos a raíz de los protocolos hospitalarios. Los últimos informes de la OMS alertan del creciente y gran número de cesáreas producidas en España de forma rutinaria e innecesarias.
      Esta y otras asociaciones apuestan por un parto menos instrumentalizado, donde la madre y el bebé sean los verdaderos protagonistas del parto. Pidiendo que se eliminen diversos protocolos “mecanizados” en la sanidad, no necesarios, donde convierten a la mujer en un mero espectador de su parto. Muchas de las prácticas usuales en los partos hospitalarios no son recomendadas por la OMS, debido a su demostrada ineficacia o se saben contraproducentes para el parto.

      El niño feliz, su clave psicológica

      Hoy queremos recomendarles el libro de Dorothy Corkille ¨ El niño feliz, su clave psicológica¨ está dirigido a madres, padres, docentes, maestros, profesores… y para todas aquellas personas que están interesadas en la formación de los niños.
      Todo ser va a pasar por diferentes etapas psicológicas. Es muy importante saber dar el salto de la una a la otra. Para ello es necesaria la ayuda de otros adultos que ya hayan pasado por este camino. El niño feliz, su clave psicológica es una especie de guía que nos acerca a estos pasos y que nos cuenta, de forma detallada, qué necesita un niño para crecer como una persona alegre y capacitada para superar los obstáculos que puedan surgir. Los padres son las personas que tienen que guiar a los más pequeños por este camino.
      El libro se divide en cinco partes: el fenómeno de los espejos, el clima del amor, los sentimientos negativos y la autoestima, el crecimiento mental y la autoestima, y el sexo y la autoestima.

      El fenómeno de los espejos nos ayuda a entender cómo actúan los más pequeños, que mimetizan el ejemplo de los adultos. Son esponjas, por eso es importante darles unos buenos modelos y no ponerles delante realidades distorsionadas. Por otro lado, Dorothy Corkille trata en esta obra el tema de los sentimientos y de la autoestima. Es fundamental que una persona se sienta querida y que tenga confianza en sí misma. Ésta es la única manera de crecer y conseguir el pleno desarrollo.

      Se trata de una lectura que puede aportar muchos consejos y que merece la pena.

      Os dejamos un extracto:

      La fe en el crecimiento


      Muchos tememos que las regresiones temporarias detengan el crecimiento. Sentimos que los niños nunca "llegarán" si no crecen constantemente. Es curioso que, en cambio, tengamos fe en la capacidad de crecimiento de las plantas. Colocamos la semilla en un clima nutricio y confiamos en el potencial que le permite desarrollarse en su momento y a su modo. Los estancamientos en el crecimiento y el hecho de que algunas hojas se sequen no nos ponen nerviosos. Si las cosas parecen tomar mal cariz, nos preocupamos por las condiciones nutricias que rodean a la planta. Pero no se nos ocurriría tirar del tallo o tratar de estirar las hojas.

      En ocasiones tenemos menos fe en la capacidad del desarrollo de nuestros hijos que en la de las plantas. Tratamos de forzar su crecimiento mediante impulsos, urgencias y prohibiciones. Y cuando el progreso se retarda, nos concentramos en ellos, y no en el clima que los rodea. Olvidamos que, como ocurre con la semilla, lo que impulsa el crecimiento reside en el interior de cada niño...
      ...El crecimiento no es una progresión firme hacia delante y hacia arriba. Es, en cambio, un camino intrincado: tres pasos adelante, dos atrás...


      ...De las dos presiones -seguridad y crecimiento-, tiene prioridad la primera. Sin ella, los niños abandonan la búsqueda. Juanita se siente fascinada por los colores y las texturas de los productos que se exhiben en el mercado. De pronto levanta los ojos y advierte que su madre ha desaparecido de la vista. Allí muere todo interés por explorar de la niña, que corre en busca de la seguridad de su madre...

      ...Todo crecimiento implica incertidumbre. "¿Cómo será?" "¿Será peligroso?" "¿Se crearán problemas si lo hago?" El movimiento hacia lo desconocido puede encender la ansiedad. El niño que se siente a salvo para retroceder necesita mucho menos valor para aventurarse, puesto que no ha quemado sus naves.

      La posibilidad de una retirada sin deshonra hace al niño más proclive a tentar lo desconocido.

      Comprar en lugar de vincularse



      No es fácil vincularnos y permanecer muchas horas a solas con los niños pequeños. Por eso solemos convertir los momentos de “estar juntos” en momentos de “consumo” compartido. La “compra” del producto que sea opera como mediador en la relación entre los niños y nosotros.

      El objeto mediador puede ser la televisión, el ordenador, los jueguitos electrónicos, salir de compras a la juguetería, al pelotero, al centro comercial o a lo sumo ir a ver un espectáculo (que pueden ser maravillosos y necesarios en sí mismos). Pero conviene reflexionar sobre cómo los adultos utilizamos los elementos de consumo social para paliar la dificultad que supone la relación con el niño, es decir la permanencia, la mirada, el juego y la disponibilidad emocional.
      Cuando un niño nos pide tiempo para jugar, o mirada para que nos extasiemos por un descubrimiento en su exploración cotidiana, cuando nos solicita presencia para permanecer a su lado o que nos detengamos un instante para que pueda recoger una piedra del suelo; solemos responder ofreciendo una golosina, una promesa o un juguete porque estamos apurados. El niño poco a poco va aprendiendo a satisfacer sus necesidades de contacto a través de objetos, y muchas veces a través de alimentos con azúcar.

      Todos los adultos sabemos que mientras un niño come algo dulce, no molesta. Y también sabemos que en la medida en que esté hechizado por la televisión, tampoco molesta. Si aprende a jugar con el ordenador, molesta menos aún. Y si necesitamos salir a la calle en su compañía, en la medida que le compremos algo, lo que sea, estará tranquilo y nos permitirá terminar con nuestros trámites personales mientras dura la fugaz alegría por el juguete nuevo.

      Los niños aprenden que es más fácil obtener un objeto o algo para comer (generalmente muy dulce o muy salado) y de ese modo desplazan sus necesidades de contacto y diálogo hacia la incorporación de sustancias que “llenan” al instante. Tienen la falsa sensación de quedar satisfechos, aunque esa satisfacción dura lo que dura un chocolate. Es decir, muy poco tiempo. Por eso los niños volverán a pedir –o a molestar a ojos de los adultos- y en el mejor de los casos volverán a recibir algo que se compra, con la debida descalificación de sus padres por ser demasiado pedigüeños o faltos de límites. Es un modelo que repiten hasta el hartazgo, porque funciona: creen que necesitan estímulo permanente, consumo permanente y rápida satisfacción.

      A esta altura, los niños han olvidado qué era lo que estaban necesitando verdaderamente de sus padres. Ya no recuerdan que querían cariño, ni atención, ni mimos, ni palabras amorosas. Ya no registran que era “eso” lo que estaban necesitando.

      Nosotros los padres también consumimos para calmar nuestra ansiedad y nuestra perplejidad al no saber qué hacer con un niño pequeño en casa. La cuestión es que nos vinculamos con el niño sólo en la medida en que hay algo para hacer, y si es posible, algo para comprar o comer. Y si el niño puede hacer “eso” solo, sin necesidad de nuestra presencia, mejor aún. Sólo basta mirarnos unos a otros un domingo en un centro comercial cualquiera, en cualquier ciudad globalizada.
      Esta dinámica de satisfacción inmediata a falta de presencia afectiva, somete a los niños a una vorágine de actividades, corridas, horarios superpuestos y estrés, que nos deja a todos aún más solos. No nos damos la oportunidad de aprender a dialogar, nos olvidamos de los tiempos internos y pasamos por alto nuestro sutil compás biológico.

      ¿Qué podemos hacer? Pues bien, podemos buscar buena compañía para permanecer con los niños en casa, sin tanto ruido ni tanto estímulo. Amparadas por otros adultos, es posible permanecer más tiempo en el cuarto de los niños, simplemente observándolos. No es imprescindible jugar con ellos, si no sabemos hacerlo o si nos resulta aburrido. Pero si no logran ser creativos aprovechando nuestra presencia, basta con acercarles una propuesta, unos lápices de colores, una invitación a cocinar juntos, o a revolver las fotos del pasado. En fin, siempre hay algo sencillo para proponer, ya que “eso” que haremos será la herramienta para alimentar el vínculo. Y los niños generalmente aceptan gustosos.

      Cuando estamos en la calle con los niños, podemos “desacelerar” y darnos cuenta que no pasa nada si tardamos más tiempo en realizar las compras o los trámites. Porque de ese modo cada salida puede convertirse en un paseo para los niños y en un momento pleno y feliz para nosotros. Si somos capaces de detenernos ante una vidriera que les llama la atención, si una persona los saluda y nos otorgamos el tiempo de sonreírle o bien si nos sentamos un ratito en la vereda porque sí, porque pasó una hormiga, algo habrá cambiado en la vivencia interna de los niños. Esos cinco minutos de atención significan para nuestros hijos que ellos nos importan, que el tiempo está a favor nuestro y que la vida es bella desde el lugar donde ellos la miran. Estamos diciéndoles que nada nos importa más en este mundo que mirarlos, que deleitarnos con la vitalidad y la alegría que despliegan y que los amamos con todo nuestro corazón.

      Toda la dedicación y el tiempo disponible que no reciban de nosotros, los obligará a llenarse de sustitutos, y luego creerán que sin esas sustancias o esos objetos no pueden vivir. La realidad es que no podemos vivir sin amor. Todo lo demás, importa poco.

      Laura Gutman

      A mí me castigaron y no me pasó nada






      Extracto del libro “Padres que aman demasiado” por Jane Nelsen y Cheryl Erwin.





      ¿Qué significa “no me pasó nada”? “Nada” es algo relativo. Si, a la mayoría de nosotros ”no nos pasó nada”. Podríamos reírnos de algunos de los castigos que recibimos cuando éramos niños, e incluso hasta decir que los merecíamos.



      Sin embargo, si se nos hubiera permitido aprender de nuestros errores en lugar de pagar por ellos, ¿sería posible que estuvieramos mucho mejor a que “no nos pasara nada”?
      El castigo está diseñado para hacer a los niños pagar por sus errores. La disciplina que enseña (cualquier definición que prefiramos) está diseñada para ayudar a los niños a aprender de sus errores en una atmósfera de aliento y apoyo.


      En la siguiente historia, Stan fue guiado a través de un proceso que le ayudó a entender la diferencia entre el castigo y una disciplina no punitiva.

      Stan contó en su grupo de padres acerca de una vez que hizo trampa en un examen de quinto grado. Stan comentó “Fui lo suficientemente estúpido como para copiar en la palma de mi mano algunas respuestas, el profesor me vio abrir el puño para mirar una respuesta”. Este profesor tomó el papel de Stan y en frente de toda la clase lo rasgó. Stan recibió una mala calificación en el examen y fue llamado “tramposo” en público. El profesor le contó a sus padres. Su padre le dio un azote y lo castigó un mes. Stan dijo, “Jamás hice trampa de nuevo y ciertamente merecía la mala calificación”.
      El líder del grupo ayudó a Stan a explorar su vivencia para ayudar a todos en la clase a descubrir si habría habido una manera más productiva para manejar la situación.


      Líder: ¿Alguien está de acuerdo con que Stan merecía la mala calificación?Grupo: Sí.Líder: ¿Hubiera sido suficiente enseñarle las consecuencias de sus elecciones o necesitaba también el castigo?
      Grupo: Mmmmm….

      Líder: ¿Qué piensas tú Stan? ¿Cómo te sentiste por haber obtenido la mala calificación por hacer trampa?
      Stan: Me sentí muy culpable y avergonzado.

      Líder: ¿Qué decidiste a partir de ahí?


      Stan: Que nunca lo volvería a hacer
      Líder: ¿Qué decidiste después de recibir el azote? (castigo)
      Stan: Que había decepcionado a mis padres. Aún hoy me preocupo por decepcionarlos.
      Líder: ¿Entonces cómo te ayudó el castigo?


      Stan: Bueno, yo ya había decidido que no volvería a hacer trampa otra vez. La culpa y la pena de ser descubierto en frente de otras personas fueron suficientes para enseñarme esa lección. Realmente, la preocupación acerca de decepcionar a mis padres es una verdadera carga.


      Líder: Si tuvieras una vara mágica y pudieras cambiar el guión de aquel evento, ¿cómo lo cambiarías? ¿Cómo cambiarías lo que alguien dijo o hizo?
      Stan: Bien, no habría hecho trampa.
      Líder: ¿Y después?
      Stan: No sé.

      Líder: ¿Alguien tiene algunas ideas que ofrecerle a Stan? Es generalmente más fácil ver posibilidades cuando no se está involucrando emocionalmente. ¿Qué podrían haber hecho el maestro de Stan o sus padres o qué hubiera demostrado amor y disciplina con firmeza?


      Un miembro del grupo: Yo soy maestro y estoy aprendiendo de esto. El profesor pudo haber hablado con Stan a solas y preguntarle por qué había hecho trampa.Líder: Stan ¿Qué habrías respondido a eso?
      Stan: Que yo quería pasar el examen


      Un miembro del grupo: Entonces yo habría valorado su deseo de pasar el examen y le habría preguntado cómo se sentía por haber hecho trampa como una vía para alcanzarlo.
      Stan: Yo habría prometido no hacerlo nunca más.


      Un miembro del grupo: Yo le hubiera dicho que recibiría una mala calificación en este examen pero que estaba complacido de que hubiera aprendido a evitar hacer trampa. Entonces le hubiera pedido que me preparara una plan sobre qué haría para pasar el próximo examen.


      Stan: Aún me siento culpable y avergonzado por haber hecho trampa, pero también hubiera apreciado algo de amabilidad acompañando a la firmeza. Ahora veo lo que eso significa.


      Lider: ¿Ahora, tienes alguna idea de cómo puedes usar tu vara mágica para cambiar lo que tus padres hicieron?


      Stan: Hubiera sido agradable si ellos se hubieran dado cuenta de cuan culpable y avergonzado me sentía. Ellos pudieron haber enfatizado acerca de lo duro que fue aprender esa lección para mí. Entonces podrían haber expresado su fe en mí para aprender de mi experiencia y hacer lo mejor en el futuro. Ellos pudieron haberme tranquilizado diciéndome que me amarían a pesar de todo, pero que esperaban que no me decepcionara a mí mismo en el futuro. Guau, qué concepto: preocuparme más por no decepcionarme a mí mismo que a mis padres. Encuentro eso muy alentador.

      Muchos puntos se han sacado en claro de esta discusión acerca de paternidad no punitiva:

      1.Paternidad no punitiva no significa “dejarlos salirse con la suya”; con su comportamiento.

      2. Paternidad no punitiva significa ayudar a los niños a explorar las consecuencias de sus elecciones en un ambiente de apoyo y aliento de manera que el crecimiento perdurable y el aprendizaje pueda darse.

      3. A la mayoría de la gente “no le pasa nada” aun si ha sido castigada -y hubieran aprendido aún más si hubieran recibido amor y firmeza para aprender de sus errores-.Que “no pase nada” no es el asunto. ¿Estás satisfecho con “que no pase nada” o quieres que tus hijos tengan la clase de crianza que los ayude a convertirse en las mejores personas que puedan ser? Tu ayudas a desarrollar lo mejor de tus hijos cuando tus métodos reúnen los cinco criterios para la disciplina efectiva.


      Cinco criterios para una disciplina efectiva.




      1. Ayuda a los niños a tener un sentido de conexión: Pertenencia y significado.

      2. Es respetuosa y alentadora: Amable y firme al mismo tiempo.

      3. Es efectiva a largo plazo: Considera lo que el niño está pensando, sintiendo, aprendiendo y decidiendo acerca de el mismo y de su mundo y que hacer en el futuro para sobrevivir o prosperar.

      4. Enseña importantes habilidades sociales y de vida:Respeto, preocupación por los demás, solución de problemas y cooperación, así como las habilidades para contribuir en su hogar, su escuela o su comunidad.

      5.Invita a los niños a descubrir sus capacidades: Alienta el uso constructivo del poder personal y la autonomía.


      Título original en inglés: I was punished, By Jane Nelsen






      Fuente: Criar y amar








      Rabietas y conflictos



      La especialista en psicología infantil Rosa Jové autora de los libros Dormir sin lágrimas y La crianza feliz ha publicado recientemente un nuevo libro Ni rabietas ni conflictos en el que ofrece también soluciones definitivas para los problemas de comportamiento hasta los 12 años. Y defiende, con sólidos argumentos, la idea que transmiten estas palabras: «Quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite».

      Rabietas? Confilctos?

      Cuando un niño está enojado o irritable, lo que busca es satisfacer sus necesidades no cubiertas. Esas rabietas que a tantos padres desesperan no son sino las ideas propias del niño enfrentadas a los deseos de sus padres: no entiende lo que pasa, se ofusca y estalla emocionalmente.

      Conforme crece, estas rabietas se pasan pero los conflictos familiares siguen formando parte de la convivencia.Para Rosa Jové, con estas reacciones un niño camina hacia su independencia y la defensa de sus propias ideas. Se trata de una etapa que es preciso pasar y que los padres deben aceptar y entender, sin recurrir a los castigos, porque de lo contrario contribuirán a hacer crónico un problema que tiene fecha de caducidad.

      Aqui les dejamos una entrevista realizada por Bebés y más donde explica su manera de ver los límites, conflictos y rabietas.

      Esperamos que les sea útil.

      http://www.youtube.com/watch?v=s_fui36OR3g

      Obediencia o sentido común (Laura Gutman)





      Tenemos muy arraigado el concepto de obediencia, porque casi todos quienes somos adultos hoy, hemos sido criados en base al sometimiento a los deseos o necesidades de alguien más poderoso. El más débil obedece al más fuerte que emite órdenes sobre cómo vivir, comportarse, comer, dormir o relacionarse. Si hemos obedecido como corresponde a los mandatos de otros individuos -generalmente nuestros padres- es posible que nos hayamos acomodado desde muy pequeños a sus necesidades o su moral y por lo tanto hemos obtenido beneficios. El más importante es haber sido aceptados. Hasta ahí, las cuentas dan bien. Sin embargo, hay algo sutil que sucede mientras somos niños, que es imperceptible pero opera a cada instante, que es la pérdida de nuestro pulso básico mientras hacemos grandes esfuerzos para adaptarnos a la modalidad de los mayores. Se desvanece esa voz interior que nos guía y que nos hace únicos. Extraviamos la autenticidad para situarnos en este mundo, en armonía con “eso que somos”. Y así perdemos sin darnos cuenta, el sentido común, que en nuestra sociedad es el menos común de los sentidos. Nos quedamos sin esa brújula interna que nos alumbra para indicarnos lo que nos compete y lo que no, lo que nos hace bien o nos hace mal, lo que encaja con nuestra personalidad o lo que nos lastima. Después de años de esfuerzos para acomodarnos a aquello que les conviene a los demás, hemos dejado de ser convenientes para nosotros mismos. Entonces estamos en peligro. En primer lugar, porque nuestros padres -mientras no sean molestados- no registran que haya algún problema. En segundo lugar, porque el rencor, la soledad, la rabia y el desamor crecerán en nuestro interior, y alguna vez ese cúmulo de sensaciones negativas, explotarán. Desde el punto de vista de los adultos, imponemos a nuestros hijos obediencias desmedidas y alejadas del ser esencial de cada uno de ellos, perpetuando un desastre espiritual colectivo. Tengamos la humildad de no pretender que nadie nos obedezca. El único que debe ser obedecido, es el corazón.


      Laura Gutman.

      La depresión altera el modo de reaccionar ante el llanto del bebé


      Las madres deprimidas responden de manera diferente al llanto de sus bebés en comparación con las madres que no lo están. El modo de reacción afecta al desarrollo del bebé.
      Las mujeres que sufren depresión y tienen bebés pequeños responden de manera diferente al llanto de sus bebés en comparación con las madres que no deprimidas. Es normal que un bebé llore, pero la reacción de su madre puede afectar al desarrollo del niño.
      Un equipo de investigadores escaneó los cerebros de 22 mujeres utilizando resonancia magnética funcional por imágenes. Todas eran madres primerizas y sus bebés tenían 18 meses de edad.
      Jennifer C. Ablow (Universidad de Oregón) y Heidemarie K. Laurent (ahora en la Universidad de Wyoming), autoras del estudio, explican que por regla general, las reacciones cerebrales que las madres no deprimidas experimentaban al escuchar el sonido del llanto de sus bebés se detectaron en ambos lados de las áreas paralímbicas laterales del cerebro, así como en el estriado, el tálamo y el mesencéfalo, entre otras regiones.
      Las madres no deprimidas activaron con mucha más fuerza que las deprimidas una zona cerebral que incluye al estriado (específicamente el núcleo accumbens y el caudado) y al tálamo medial. Estas áreas están estrechamente asociadas con el procesamiento de las sensaciones de recompensa y de motivación.
      En una comparación realizada de forma independiente, las madres que se consideraban a sí mismas deprimidas en el momento de someterse a las sesiones, mostraron una menor actividad cerebral prefrontal, especialmente, en la corteza cingulada anterior, al oír llorar a sus bebés. Esta región cerebral está asociada con la capacidad de evaluar información así como la de planificar y regular una respuesta a las señales emocionales.
      La conclusión quizá más importante que puede extraerse de los resultados de este estudio es que la depresión puede tener efectos a largo plazo en las relaciones madre-bebé al alterar la respuesta de la madre ante las señales emocionales de su bebé.
      "Una madre que sea capaz de procesar la información pertinente y actuar con arreglo a ésta, tendrá una interacción más sensible con su bebé, lo que, a su vez, le permitirá a éste desarrollar sus propias capacidades de regulación", explica Ablow. "Algunas madres son incapaces de responder de forma óptima ante las señales emocionales de su bebé. La respuesta emocional de la madre requiere la coordinación entre múltiples sistemas corticales y subcorticales del cerebro".
      Fuente: Noticias de la Ciencia

      Lo que tu hijo menor de 3 años entiende de un NO


      Los niños menores de tres años no entienden lo que es un “NO”. La mayoría de los padres piensan que ellos sí entienden (pero la verdadera comprensión de lo que es un “no” no aparece mágicamente cuando el niño cumple tres años. Esto es un proceso de su desarrollo).


      “No” es un concepto abstracto que esta en oposición directa a la necesidad de desarrollo del niño que explora su mundo y que desarrolla su sentido de autonomía y iniciativa, tal como se mencionó en el Capitulo 4 y 5 de Positive Discipline for Preschoolers. O, tu niño tal vez “sepa” que tu no quieres que él o ella haga algo. Él o ella incluso puede entender que tu te enojarás si lo hace. Como sea, ellos no pueden entender a su manera en que los padres piensan que ellos lo entenderán. ¿Por qué los niños te miran antes de hacer lo que ellos saben que no deberían hacer, sonríen abiertamente, y lo hacen de todos modos? Alrededor del año de edad, los niños entran en la etapa de “lo haré”. Esto sucede cuando ellos desarrollan su sentido de iniciativa vs. la duda y vergüenza. De los dos a seis se desarrolla su sentido de iniciativa vs. culpabilidad. Esto significa que la tarea del desarrollo es explorar y experimentar. ¿Puedes tú imaginar cuan confuso es para los niños el ser castigados por algo que están programados ha hacer? Ellos enfrentan un verdadero dilema (a nivel subconsciente): “¿Debo obedecer a mis padres o a mi instinto biológico para desarrollar autonomía y iniciativa explorando y experimentando en mi mundo?”

      Estas etapas de desarrollo no significan que a los niños les está permitido hacer lo que ellos quieren, esto explica el porqué los métodos para obtener cooperación deberían ser gentiles y firmes en vez de controlar o castigar, Éste es el momento en la vida cuando la personalidad de los niños está siendo formada y tú quieres que tu niño tome decisiones por cuenta propia y diga, “yo soy competente, yo puedo tratar y cometer errores y aprender, soy amado, soy una buena persona.” Si tú deseas a ayudar a que tu niño aprenda a través del sentimiento de culpabilidad vergüenza y castigo, tú estarás creando una situación desalentadora que es difícil de revertir en la edad adulta.

      Para a ayudar al infante a desarrollar autonomía en vez de duda, vergüenza y ayudarlos de los dos a los siete años de edad a desarrollar iniciativa en vez de culpabilidad, trata los siguientes métodos que incitan a la cooperación. Si tu estas gritando o sermoneando, detente. Todos estos métodos son irrespetuosos y dan lugar a las dudas, vergüenza y culpabilidad en el futuro.


      En vez de decirle a tu niño qué hacer, encuentra la manera de involucrarlo en la decisión para que él o ella tengan ese sentimiento personal de poder y autonomía “ ¿Qué debemos hacer después?” ( para niños que todavía no hablan se puede decir: “después, nosotros………” mientras amablemente pero firmemente le mostramos en vez de decirles).

      Sé respetuosa cuando tú pidas algo. No esperes que los niños hagan algo “ahora mismo”. Cuando tú interrumpes algo que ellos hacen di: “¿Estará bien para ti si tú haces esto en cinco minutos? “ dilo aunque tú no creas que los niños mas grandes entiendan completamente lo que tú estás diciendo, tú te estarás entrenando a ti misma a ser respetuosa con tu niño dando opciones en vez de dar órdenes.

      Otra posibilidad es darle a él o ella alguna advertencia: “Tenemos que irnos en un minuto ¿Qué es lo último que quieres hacer en el parque? Lleva contigo un cronómetro. Deja a tu niño ayudar a programarlo por uno o dos minutos. Luego deja que él o ella lo pongan en su bolsillo. De esta manera él o ella pueden estar listos para salir cuando el cronometro suene.

      Dale a tu niño una opción que requiera su ayuda “Será tiempo de irnos cuando yo cuente 20 ¿Quieres llevar mi bolso al auto? o ¿Prefieres llevar las llaves y ayudarme a encender el auto? “Qué es lo primero que debemos hacer al llegar a casa? Dejar las compras o leer un historia? Los niños que no hablan todavía necesitan mayor supervisión, distracción y redirección, en otras palabras, como Dreikurs solía decir “cierra la boca y actúa” Cuidadosamente toma a tu niño por la mano y dirígelo hacia donde él o ella tiene que ir. Muéstrale qué es lo que él o ella pueden hacer en vez de lo que no pueden hacer.

      Usa tu sentido del humor: "aquí viene el monstruo de las cosquillas a atrapar a los niños que no escuchan".

      Ten empatía cuando tu niño llora (o cuando hace berrinche). Empatía no quiere decir que lo rescates, significa que lo entiendes. Dale a tu niño un abrazo y dile: “tú estás realmente enojado ahora, sé que te quieres quedar pero ahora es hora de irnos”. Luego sostén a tu niño y déjalo llorar y descargar sus sentimientos. Después pueden continuar con la siguiente actividad.

      Los niños usualmente sienten cuando estas enojada o cuando no. No digas nada a menos que sea algo respetuoso. Luego continúa con dignidad y respeto casi siempre sin palabras. Nuevamente redireccionándolos o mostrándoles qué es lo que ellos pueden hacer en vez de ser castigados por algo que no deben hacer.

      Crea rutinas para cada evento que suceda en la mañana, a la hora de ir a la cama, cena, compras, etc. Luego pregunta a tu niño: “¿Qué necesitamos hacer la siguiente vez en nuestra lista de rutinas”. Para niños que son más grandes dí: “Ahora es hora de...”


      Comprende que tú tal vez necesites enseñar a tu niño muchas cosas una y otra vez antes que él o ella se haya desarrollado los suficiente para entender. Sé paciente. Minimiza tus palabras y minimiza tus acciones. No imites el comportamiento de tu niño y piensa que tu niño esta molesto mal o rebelde. Eres el adulto en la situación y haz lo que se debe hacer sin castigos ni avergonzando.

      Comprende que tu actitud determina si se creará o no una batalla o determinara una atmósfera amable o firme para que tu niño explore y desarrolle con limites apropiados.

      Tu trabajo a esta edad es pensar en ti mismo como un entrenador y ayudar a tu niño a triunfar y aprender como hacer las cosas. Tú también eres un observador, trabajando y aprendiendo como si tu niño fuera el único ser humano. Nunca subestimes la habilidad de un niño grande, pero por otro lado, vigila con cuidado mientras introduces nuevas oportunidades y actividades y observa en que se interesa tu niño, qué puede hacer tu niño, y en qué necesita tu ayuda.

      La seguridad es un gran problema a esta edad, y tu trabajo es tener a tu niño en un lugar a salvo sin dejar que tus miedos lo desanimen. Por esta razón, la supervisión es una importante herramienta al ser padres, junto con amabilidad y firmeza mientras redirecciones o enseñas a tu niño. Por ejemplo, los padres pueden “enseñar” a un niño de dos años a no correr en el la calle, pero todavía no los dejamos jugando en una calle transitada sin supervisión por que sabemos que no podemos esperar que ellos entiendan en su totalidad lo aprendido sobre responsabilidad.

      La Sra. Foster se preguntaba por que ella decidió entrar en la difícil tarea de ser madre . Sentía que tanto ella como su niño estaban fuera de control. No entendía el por que su hijo no le hacia caso, y no le gustaba el hecho de gritar y usar métodos punitorios que no funcionan. Ella asistió a clases de crianza de los hijos para padres de niños en edad preescolar y aprendió sobre la edad - comportamiento apropiado. Cuando cambió sus expectativas sobre el niño "perfecto que obedece cada mandato”. Empezó a disfrutar la experimentación de autonomía e iniciativa propias de su niño. En lugar de tratar de controlarlo, empezó a alejarlo del comportamiento inapropiado mostrándole lo que el podía hacer.

      Ella estaba muy sorprendida al ver a su hijo calmarse cuando ella se calmó. Los episodios frustrantes ocurrieron menos a menudo y eran solucionados más rápidamente debido a su nueva forma de ver las cosas.

      Cuando tú comprendes que los niños no comprenden realmente "No" de la misma forma en que tú piensas que deben, tiene mas sentido el hecho de usar distracción o redireccionamiento, o algún otro método seguro y respetuoso de disciplina positiva.


      Fuente: Criar y Amar

      El juego es algo serio


      La importancia del juego para el desarrollo saludable y el aprendizaje de los niños está sobradamente documentada y queda fuera de todo cuestionamiento. Décadas de estudios han mostrado que el juego es fundamental para el desarrollo físico, intelectual y socio-emocional a todas las edades. Sobre todo, la forma más pura de juego: el juego no estructurado, automotivado, imaginativo, independiente, cuando los niños inician sus propios juegos e incluso inventan sus propias normas para el juego.


      A través del juego, los más pequeños aprenden a reconocer colores y formas, sabores y sonidos. Un poco más adelante, los niños usan el juego para aprender a respetarse mutuamente y descubren el valor de la amistad, el compañerismo, la colaboración. Para los adolescentes, el juego puede ser una forma de explorar identidades posibles, además de una forma de desfogarse y de mantenerse en forma.


      No obstante, a pesar de su inmenso valor, el juego ha ido desapareciendo de muchas escuelas e incluso de nuestros hogares, y especialmente el juego libre, espontáneo y no estructurado. Conocidos programas televisivos orientados a padres y madres afirman que hay que “enseñar a jugar” a los niños según unas condiciones determinadas: en un lugar determinado, un solo juguete cada vez, dejándolo todo perfectamente recogido... Uno puede preguntarse qué niño puede experimentar placer y diversión o dejar florecer su creatividad bajo condiciones tan limitadas.
      El Dr. David Elkind, experto en psicología del desarrollo y autor de The Power of Play: How Spontaneous, Imaginative Activities Lead to Happier and Healthier Children (2007), estima que en los últimos veinte años los niños de las sociedades postindustriales han perdido unas 12 horas de juego a la semana, y de ellas, 8 horas de juego libre.


      “La eliminación de los juegos es tan perjudicial para el desarrollo saludable de los niños, si no más, que la prisa por que crezcan demasiado deprisa demasiado pronto”, escribe Elkind.


      Puede que la limitación del juego no se produzca de forma premeditada, sino que tal vez nuestras prácticas cotidianas, en casa y en la escuela, tengan como resultado una disminución del juego libre, espontáneo y no dirigido. Sin duda, tendríamos que tomarnos el juego muy en serio, y pensar en qué medida podemos propiciar o interferir en que nuestros hijos puedan jugar en libertad.


      Jugar para gozar de una vida plena y saludable


      En la primera infancia, el juego ayuda a los niños a desarrollar habilidades que no podrían adquirir de otro modo. El balbuceo, por ejemplo, es una forma de juego en que los bebés reproducen los sonidos del idioma de sus padres. Del mismo modo, los niños aprenden solos a gatear, ponerse de pie y caminar, y otras muchas destrezas, mediante la práctica repetitiva del juego.


      Luego, los niños emprenden juegos de rol y aprenden a regular sus relaciones con los demás. También aprenden a negociar y solucionar sus propios conflictos. Mientras juegan, los niños inventan historias, resuelven problemas y negocian aplicando diferentes estrategias. Saben lo que quieren y trabajan con ahínco para conseguir llevarlo a cabo. Como les mueve una motivación interior, aprenden la poderosa lección de que son capaces de perseverar en sus propias ideas hasta llegar a alcanzar un buen resultado.


      Un informe de 2007 de la Academia Americana de Pediatría documenta que el juego promueve el desarrollo del comportamiento y también el crecimiento cerebral. Algunos tipos de juego en particular tienen especial importancia. Así, por ejemplo, la psicóloga israelí Sara Smilansky realizó una serie de estudios clásicos sobre el juego sociodramático, donde dos o más niños participan en fantasías compartidas, y demostró el valor de este juego para el aprendizaje académico, social y emocional. “El juego sociodramático activa recursos que estimulan el crecimiento social e intelectual del niño, lo que afecta a su vez al éxito del niño en la escuela”, concluye Smilansky en un estudio de 1990. “Por ejemplo, la resolución de problemas en la mayoría de materias escolares requiere un alto grado de imaginación o fantasía, visualizar cómo viven los esquimales, leer historias, imaginar una historia y escribirla, resolver problemas matemáticos, y determinar qué vendrá después”. Los niños que participan en formas complejas de juego sociodramático tienen mejores habilidades lingüísticas que los que no lo hacen, mejores habilidades sociales, más imaginación y más de esa capacidad sutil que consiste en comprender lo que otros quieren decir. Son menos agresivos y muestran mayor autocontrol y mayores niveles de pensamiento.


      Otras investigaciones ilustran la importancia del juego físico para el aprendizaje y el desarrollo de los niños. Algunos de estos estudios han destacado la importancia de los recreos. Así, el psicólogo Anthony Pellegrini y sus colegas han comprobado que los niños de primaria están menos atentos en clase cuando se retrasa el recreo o las pausas son insuficientes.


      Estudios en escuelas de primaria en Francia y Canadá, durante un período de cuatro años, observaron que la actividad física regular tenía efectos positivos en los resultados académicos. Dedicar un tercio del tiempo del colegio a la educación física, el arte y la música mejoraba no solo la forma física, sino las actitudes hacia el aprendizaje. Cientos de estudios sobre el efecto del ejercicio en la función cognitiva confirman el viejo precepto mens sana in corpore sano: la actividad física promueve el aprendizaje.


      A pesar de la evidencia acumulada, en los últimos años se puede ver cómo muchos padres y centros educativos aceptan la idea de que cuanto antes se inicie la formación académica, mayor será el rendimiento escolar en el futuro y el éxito en la vida. Esta idea lleva a algunas escuelas a aplicar una metodología de corte académico ya en la etapa de 3 a 6 años: introducen precozmente la lectura, la escritura y el cálculo, y reducen o limitan el juego. Tal creencia a veces se ve reforzada en los hogares, donde después de la jornada escolar, padres y madres sientan a sus hijos de corta edad a completar fichas a modo de “deberes”, en lugar de permitirles que se liberen de las tensiones acumuladas mediante el juego libre y espontáneo.


      En Estados Unidos, la psicóloga Kathy Hirsh-Paasek ha estudiado de forma exhaustiva las habilidades de niños que van a escuelas infantiles de orientación académica y los que van a escuelas infantiles orientadas al juego, y explica que los niños que asisten a las de corte académico no adquieren más habilidades matemáticas o de lectura, y en cambio sí muestran mayores niveles de ansiedad, son menos creativos y tienen actitudes más negativas hacia la escuela que los niños que van a escuelas infantiles orientadas al juego.


      Los estudios a largo plazo plantean dudas muy sólidas sobre la idea común de que cuanto antes se empiece la formación académica, mejores serán los resultados. En Alemania, por ejemplo, muchas de las escuelas infantiles pasaron a centrarse en lo cognitivo a raíz de una reforma educativa en la década de 1970. Cuando se compararon los resultados de 50 clases basadas en el juego frente a 50 clases basadas en el aprendizaje temprano de las disciplinas académicas, se pudo comprobar que, a los 10 años, los niños que habían asistido a clases orientadas al juego obtenían mejores resultados en lectura y matemáticas, y eran más equilibrados social y emocionalmente. También mostraban mayor creatividad, inteligencia y expresión oral. Como resultado de este estudio, los jardines de infancia alemanes volvieron a orientarse al juego.
      Recuperar el juego


      El juego está motivado por el placer. Es una parte instintiva del proceso de maduración del niño. No podemos evitar que un niño sano practique el juego libre: lo iniciará a la menor oportunidad. El problema es que hemos recortado el tiempo y las oportunidades de que pueda hacerlo. Por supuesto, no podemos volver la espalda al cambio tecnológico, ni dar la vuelta a los cambios, sociales y económicos que han contribuido a reducir el juego infantil, pero seguramente sí que podemos buscar un cierto equilibrio y tratar de recuperar oportunidades para el juego en la vida del niño.


      David Elkind apunta diferentes ideas para proporcionar al niño oportunidades de juego:


      Organiza encuentros con niños de su edad y facilita que decidan el tipo de juegos en los que quieren participar. A los niños de la misma edad les gusta jugar juntos. Suelen tener el mismo nivel de destrezas y crean una relación de autoridad mutua. Es importante para los niños participar en juegos con sus compañeros para poder establecer relaciones que crecerán a medida que ellos crezcan.


      Evita que tenga demasiados juguetes con demasiada frecuencia. Jugar con juguetes nutre la disposición del niño para usar la imaginación y la fantasía. Pero, en lo que se refiere a los juguetes, menos es más. A menudo los niños se sienten abrumados por la multitud de juguetes que tienen a su alcance y acaban pasando de un objeto a otro sin disfrutar de ninguno en particular. En cambio, disponer de menos objetos puede ser un estímulo para usarlos de forma creativa e imaginativa. Asegúrate de que los juguetes que compras pueden proporcionar inspiración imaginativa, no solo diversión o distracción pasajera.


      Cuidado con organizar demasiadas actividades. Muchos padres esán tan preocupados por “preparar” a sus hijos para el futuro, que consideran el juego como un lujo o una pérdida de tiempo. Asegúrate de que tus hijos disponen todos los días de tiempo libre y sin programar. Permite que el niño elija la actividad que quiera para ocupar ese tiempo y proporciónale materiales, como ropa de segunda mano, tus propios zapatos, bolsos, u otros objetos cotidianos que fomentan la expresión creativa y los juegos imaginativos.


      Explora la naturaleza. Sal con tus hijos al parque o a dar un buen paseo en plena naturaleza. Anímalos a hacer preguntas sobre lo que ven y a jugar con lo que encuentran. Trepar a un árbol, revolcarse por la hierba, jugar con plantas y tierra y observar los insectos son maneras sencillas y divertidas de entrar en contacto pleno con la naturaleza. Esa relación con la naturaleza, además del disfrute, puede brindar oportunidades para aprender conceptos como las similitudes y las diferencias, o la constancia las cosas más allá del cambio.

      Estos conceptos son una preparación importante para construir los elementos básicos de las matemáticas, la lectura y las ciencias.

      Implícate en la escuela. Otra forma de devolver el juego a la vida de los niños es garantizar que en la escuela tienen descansos de un mínimo de media hora, en que puedan gozar del juego libre no dirigido. También debemos revisar el problema general de una educación orientada a los exámenes en la escuela actual. Cuando los maestros se ven obligados a enseñar para los exámenes, son menos innovadores en sus métodos educativos y dejan menos espacio para los juegos y la imaginación. Unos métodos educativos más creativos, centrados en los intereses de los niños y su predisposición al juego, les harán disfrutar con sus maestros, y ello a la vez reforzará su interés por las materias.