Bebes sabios





Últimamente, se ha estudiado mucho cómo funciona la mente de los bebés. Los especialistas sostienen que entienden mucho más de lo que creemos, y que el amor y el incentivo de los padres son fundamentales para el desarrollo de su inteligencia.


¿Se preguntó alguna vez qué sucede en la mente de los bebés? ¿O qué piensan cuando miran algo? ¿O cuán importante serán las vivencias infantiles en la vida adulta? En el último tiempo se revolucionó el ámbito científico, y el mundo adulto también, al descubrir cómo funciona la mente de los pequeños. Tiempo atrás, los científicos suponían que los bebés eran seres casi irracionales debido a que su experiencia y pensamiento eran limitados, algo así como que su cerebro era una hoja en blanco, con todo por escribir. Por fortuna, las últimas investigaciones arrojaron otras verdades sobre el universo infantil.
Por ejemplo, Alison Gopnik, una destacada psicóloga y filósofa norteamericana, docente de la Universidad de California, demostró, con sus estudios, que los pequeños aprenden más, tienen más creatividad y experimentan más intensamente el mundo que los adultos. En efecto, los bebés cuentan con más neuronas, más conexiones que los mayores y menos sustancias que frenen el trabajo de sus circuitos nerviosos. En su último libro,
El filósofo entre pañales, la autora Gopnik explica cómo los niños son capaces de aprender una cantidad sorprendente de información en un tiempo relativamente corto y demuestra que son los padres los que pueden determinar la vida de sus niños.
Lo que más necesitan es amor
Para comprender la mente infantil, fueron necesarios numerosos avances en la rama de la psicología, la filosofía y la neurociencia. “El cerebro del recién nacido tiene infinitas posibilidades. Para desarrollarlas, además de estímulos necesita afecto –cuenta la neuropsicóloga infantil Ofra Gorfinkel, directora del Instituto Vínculos Gym Time–. Los primeros tres años son los más importantes. En este tiempo, las cien mil millones de neuronas con que nace el bebé se conectan entre sí formando una complicadísima red de comunicaciones. Pero este proceso sólo se pone en marcha si, a través de los sentidos, le llegan estímulos al bebé. Para saber qué hacer con esta información, hacen falta las emociones”. Es decir, el bebé no sólo necesita ver objetos, oír sonidos, probar nuevos sabores y tocar superficies, sino que, además, precisa sentir las emociones que lo embargan cuando sus papás lo abrazan, lo besan o le hablan. Un chiquito que recibe poco afecto no desarrollará su cerebro en forma óptima. “Con esto queda demostrada –continúa Gorfinkel– la responsabilidad que tienen los padres a la hora de contribuir al desarrollo emocional e intelectual de sus hijos”.
En el vientre materno, el cerebro del bebé forma multitud de neuronas, muchas más de las necesarias. Mientras que las sobrantes se eliminan, las sobrevivientes se conectan entre sí y constituyen, de modo rudimentario, las áreas que, más tarde, serán las responsables de la visión, el oído, los movimientos, etc. La gestación y el desarrollo de un niño son, quizás, los hechos más increíbles y a la vez comunes que se dan en la vida. Detenerse y reconocer lo milagroso de ambos procesos es una forma simple de lograr un profundo respeto y gratitud hacia la vida. Christian Plebst, psiquiatra infanto-juvenil del Instituto de Neurología Cognitiva, afirma que “el cerebro de un bebé necesita cargarse de la información que lo hace esencialmente humano. ¿Cuál es esa información? Las emociones. La adecuada organización de las primeras experiencias emocionales durante los primeros años de vida conforman la base de un cerebro y mente sanos”. Los sentidos cumplen un papel fundamental, ya que son la puerta de entrada a las experiencias del mundo. Cómo el cerebro logre organizar estas experiencias y qué sentido les dará depende, en gran parte, de la calidad de los vínculos tempranos. “Los sentidos captan y traducen la información sensorial de manera constante –continúa Plebst–, aun mientras dormimos. Un cerebro que se desarrolla de manera típica ordenará toda esta información, aunque también dependerá del adulto que tenga a cargo”. El rol del adulto es clave, como así también la manera en que éste exprese sus emociones al estar en contacto con su hijo. Un contacto que deberá ser claro y sin ambivalencias. “El amor hacia el bebé por parte de los padres deberá ser incondicional y manifestarse de manera continua para lograr un adecuado desarrollo de las emociones. Un bebé amado es respetado en sus necesidades sensoriales, afectivas y nutricias. Este amor continuo logra la conformación de una mente segura de sí misma”, explica Plebst.

Consejos para criar un bebé inteligente*
1. Interactuar, jugar y que el niño se sienta querido demostró tener una relación directa en el crecimiento, maduración e interconexiones cerebrales. Por otra parte, muchos estudios demostraron que amar, abrazar, interactuar y jugar con el niño tiene un fuerte efecto en el desarrollo de la inteligencia.2. Hablar con los hijos y escuchar los desarrolla la base del lenguaje y de la comunicación.3. Leer libros a los niños, incluso antes de que entiendan las palabras, desarrolla la base lingüística. Los estudios demostraron que a los niños que les leyeron precozmente suelen tener más interés por la lectura, les va mejor académicamente y tienen más éxito en la vida adulta. Leerles libros es uno de los estímulos que más favorecen a su inteligencia.4. Dejar a los niños jugar. Cuando lo hacen, instauran las bases intelectuales, sociales, físicas y emocionales. Cuando esto lo hacen con otros niños, aprenden, además, a combinar ideas, impresiones y sentimientos.5. La actividad física es de suma importancia para el cerebro en desarrollo.6. Que la música forme parte de la vida de los niños. Esto estimula la memoria, atención, motivación y apren dizaje y disminuye el estrés. Aprender a tocar un instrumento musical estimula el pensamiento abstracto.7. Que los niños vean a sus padres realizar actividades estimulantes que puedan ser imitadas.8. Limitar y controlar las horas de exposición a la televisión.9. Utilizar las computadoras para juegos de ingenio que utilice la matemática, las letras y la música como base para estimular la coordinación visomotora. Aprender jugando y divirtiéndose es la mejor forma de aprender.10. Nutrición completa y balanceada desde el embarazo. El desarrollo ce rebral y el proceso de mielinización (recubrimiento de las neuronas con una membrana que permite la transmisión de los impulsos nerviosos) necesitan de ácidos grasos esenciales. Los procesos de alerta, atención y razonamiento requieren de proteínas. Las vitaminas y minerales son importantes también.
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