Tierno mensaje


Quiero compartir con todos vosotros un lindo mensaje que me dejo una amiga en mi blog personal, espero que les guste y emocione tanto como a mi. (Pamela)

Cuenta la leyenda que un angelito estaba en el cielo, cuando Dios, lo llamó y le encomendó una misión, con dulce voz le dijo, tendrás que ir a la tierra y nacer como los humanos, serás un pequeño niño y crecerás hasta llegar a ser un hombre.
Espantado el angelito, preguntó, pero Señor, ¿cómo haré para vivir tan pequeño e indefenso, quien me cuidará?
Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te está esperando y te cuidará.
Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz…
No te preocupes, tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
¿Cómo entenderé lo que la gente habla si no conozco el idioma de los hombres?
Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar.
¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
Tu ángel juntará tus manitas y te enseñará a orar y podrás hablarme...
He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quien me defenderá?
Tu ángel te defenderá aun a costa de perder su propia vida.
Pero estaré triste ya que no te veré más.
Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado durante todo el tiempo que estés entre los hombres.
El angelito ya empieza a escuchar las voces que venían de la Tierra y atemorizado y con lágrimas en los ojos, dijo...
¡Dios mío!, dime por lo menos el nombre de ese ángel que me cuidará,...
“Su nombre no importa tú, le llamarás MAMÁ”

Aquello que decimos

Los niños creen en los padres. Cuando les decimos una y otra vez que son encantadores, que son los príncipes o princesas de la casa, que son guapos, listos, inteligentes y divertidos, se convierten en eso que nosotros decimos que son. Por el contrario, cuando les decimos que son tontos, mentirosos, malos, egoístas o distraídos, obviamente, responden a los mandatos y actúan como tales. Aquello que los padres -o quienes nos ocupamos de criar- decimos, se constituye en lo más sólido de la identidad del niño.

Los niños no tienen más virtudes unos que otros. Ahora bien, el niño no suficientemente mirado, mimado, apalabrado y tomado en cuenta por sus padres, dará mayor crédito a sus discapacidades. Y sufrirá. En cambio el niño mirado y admirado por sus padres, amado a través de los actos cariñosos cotidianos, contará con una seguridad en sí mismo que le permitirá erigirse sobre sus mejores virtudes y al mismo tiempo reírse de sus dificultades.

Si nos damos cuenta que nuestros hijos sufren, si tienen la auto estima baja, si tienen vergüenza, si se creen malos deportistas, malos alumnos, o que no están a la altura de las circunstancias, si les cuesta hablar, relacionarse, jugar con otros, si suponen que son lentos, o si son víctimas de las burlas de sus compañeros; nos corresponde accionar a favor de ellos, ya mismo. Lo peor que podríamos hacer es exigirles que asuman solos sus problemas.

Podemos nombrar aquellas virtudes, recursos o habilidades que el niño sí dispone como individuo. Por ejemplo, que es un niño que siempre dice la verdad. Que nunca traicionaría a un amigo. Que es incapaz de lastimar a otro. Que observa y comprende a los que sufren. Que es generoso y tolerante. Decirles a los niños que son hermosos, amados, bienvenidos, adorados, nobles, bellos, que son la luz de nuestros ojos y la alegría de nuestro corazón; genera hijos seguros, felices y bien dispuestos. Es posible que las palabras bonitas no aparezcan en nuestro vocabulario, porque jamás las hemos escuchado en nuestra infancia. En ese caso, nos toca aprenderlas. Si hacemos ese trabajo ahora, nuestros hijos -al devenir padres- no tendrán que asumir esta lección. Porque surgirán de sus entrañas con total naturalidad, las palabras más bellas y las frases más gratificantes hacia sus hijos. Y esas cadenas de palabras amorosas se perpetuarán por generaciones y generaciones, sin que nuestros nietos y bisnietos reparen en ellas, porque harán parte de su genuina manera de ser. Pensemos que es una inversión a futuro con riesgo cero. De ahora en más… ¡sólo palabras de amor para nuestros hijos! Gritemos al viento que los amamos hasta el cielo. Y más alto aún. Y más y más.

Extracto de un artículo del libro “Mujeres visibles, madres invisibles” de Laura Gutman

Semana Mundial por el Parto Respetado 2010 Parte II: Parto Placentero

La Semana Mundial por un Parto Respetado 2010 tiene lugar del 16 al 23 de mayo bajo el lema “Nacimiento Traumático, cómo evitarlo. Nacimiento Placentero, cómo lograrlo”.

El video que hay acontinuación fue realizado por la Licenciada Isabela Polito, doula, consejera de lactancia y terapeuta, para la Fundación Aurora Madre, de Venezuela.

Fuente: web Bebés y Más

Lactancia materna

Aunque todos conocemos los beneficios que aporta la lactancia materna tanto para el bebé como para la madre, nuevos estudios demuestran que la leche materna elimina células cancerosas.

Un grupo de investigadores de la universidades suecas de Lund y la Universidad de Gotemburgo, han descubierto que una sustancia que se encuentra en la leche de la madre puede destruir las células cancerosas. La lactancia materna está respaldada, cada vez, por más y mejores estudios que resaltan su enorme importancia y su alto beneficio para los más pequeños.

Parece que la naturaleza vuelve a darnos una nueva lección de su sabiduría y poder. Y aunque esta sustancia conocida como Hamlet (Human Alpha-lactoalbúmina Made Lethal to Tomour cells), fue descubierta en la leche materna hace varios años, ahora es cuando ha sido posible probar su eficacia en seres humanos.

Hamlet está compuesta por una proteína y un ácido graso que se encuentra de forma natural en la leche materna, aunque se desconoce con exactitud si la sustancia se forma de manera natural en la leche o puede formarse en el ambiente ácido del estómago de los bebés, según recoge el diario digital ABC.

Los experimentos que se han llevado a cabo en el laboratorio han demostrado que mata a 40 tipos diferentes de cáncer, y los investigadores van a estudiar su efecto sobre el cáncer de piel, los tumores en las membranas mucosas y los tumores cerebrales. Y lo más importante, Hamlet mata solamente las células cancerosas y no afecta a las células sanas

Clave para la madre y el niño
La leche materna contiene todo lo que el niño necesita durante los primeros meses de la vida. Lo protege de muchas enfermedades como catarros, bronquiolitis, neumonía, diarreas, otitis, meningitis, infecciones de orina, enterocolitis necrotizante o síndrome de muerte súbita del lactante, y de patologías futuras como asma, alergia, obesidad, enfermedades inmunitarias como la diabetes, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa y arterioesclerosis o infarto de miocardio en la edad adulta y favorece el desarrollo intelectual.

Las mujeres que amamantan también reciben importantes beneficios ya que recuperan su figura con más rapidez y es más difícil que padezcan anemia tras el parto, también tienen menos riesgo de hipertensión y depresión postparto. La osteoporosis y los cánceres de mama y de ovario son también menos frecuentes.

Fuente: web de La Cope

Entrevista a Carlos González














Aquí os dejamos un fragmento de una entrevista realizada por 20 minutos al pediatra Carlos González, autor de libros que defienden la lactancia materna, el colecho (cuando los niños duermen con los padres) y la crianza con apego.

En este caso presenta su último libro ¨Entre tu pediatra y tú¨.

Como siempre, esperamos vuestros comentarios.
GRACIAS!


¿Se debe buscar a un pediatra acorde con la ideas de los padres, o cualquier pediatra es válido?

Cualquier pediatra es válido, el problema es que pedimos a los pediatras cosas que no son de su ámbito. Un pediatra es una persona que ha estudiado el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los niños. Pero nos empeñamos en preguntarle cosas que no están relacionadas con su salud: si hay que cogerle en brazos o no, dónde tiene que dormir, qué hacer si no come.

¿Hay un exceso de información de cómo ser padres?

El exceso de información nunca es malo, lo malo es la desinformación o la información incorrecta. Por eso escribí el libro Bésame mucho, porque había leído libros sobre la crianza de los hijos que no me gustaban nada y pensé en escribir sobre lo contrario para que al menos los padres tengan dónde elegir. Me daba pena y rabia ver a tantos padres cuyo su deseo era atender a su hijo pero que no se atrevían a hacerlo porque algún experto había dicho que eso estaba mal. Durante miles de años, los padres han criado a sus hijos sin libros. Creo que los padres tienen buenos instintos, nunca he oído decir a una madre que diga: “yo lo dejaría llorar, pero como dicen que va a coger un trauma psicológico hago en esfuerzo y lo cojo, qué remedio”. En cambio sí me han dicho lo contrario: “Yo lo cogería en brazos, pero como dicen que se malacostumbra, no lo cojo”. Y pocas madres me dicen: “gracias a sus libros he aprendido cosas que no sabía”. Lo que me suelen decir es: “gracias a sus libros he recuperado la confianza en mí misma de ver que aquello que quería hacer no está mal como me decían”. Cuando un niño llora, lo normal es querer consolarlo, no se te ocurre dejarlo llorar; la gente que lo hace, lo hace en contra de su voluntad porque se lo han dicho. Y no digo que haya que meter al niño en la cama, sino que hacerlo no es malo.

¿Y el que no lo mete en la cama hace mal?

No, cada padre tiene que elegir lo que mejor le funcione.

¿Cree que existe una guerra de bandos respecto a la forma de criar a los hijos?

No, cada familia tiene que buscar y elegir lo que mejor le vaya, y tiene que saber que tiene libertad para elegir, que no solo hay una opción posible. Si dejas a tu niño en la cunita en su habitación y te va bien, estupendo. Pero si lo dejas y no se duerme, y llora, no un poquito, sino media hora, es que algo no va bien. Y si lo quieres dejar llorar y hacerle eso a tu hijo, tú verás si así puedes dormir.


Si deseas leer la entrevista completa haz click aquí
Fuente: 20 minutos

Daño duradero de la TV en los niños

Aquí os dejamos un artículo sobre el efecto que tiene la televisión en los niños.
Esperamos vuestros comentarios para debatir un poco sobre este electrodoméstico que tiene la particular característica de ser tan amado como odiado.

Entre más televisión ve un niño de dos años, mayores son las probabilidades de que tenga un mal desempeño en la escuela y una mala salud al cumplir diez años

Ésa es la conclusión de una investigación con más de 1.300 niños llevada a cabo por científicos de las universidades de Michigan, en Estados Unidos, y Montreal, en Canadá. Según el estudio publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine (Archivos de Pediatría y Medicina Adolescente), por cada hora de televisión que ven los niños, peor el desempeño académico y mayor el consumo de comida chatarra.

"Encontramos que cada hora adicional de exposición a la TV entre niños pequeños correspondía con una futura reducción en la participación escolar y el éxito en matemática, un incremento en el acoso por parte de los compañeros, una vida más sedentaria, un alto consumo de productos chatarra y eventualmente un mayor índice de masa corporal", explica la doctora Linda Pagani, quien dirigió la investigación.

Impacto futuro

El objetivo del estudio era determinar el impacto de la exposición a la televisión entre niños de dos años en su futuro éxito académico, su estilo de vida y su bienestar general. Se les pidió a los padres que respondieran cuestionarios de cuánta TV veían sus hijos a los 29 meses de edad (dos años y cinco meses) y nuevamente a los 53 meses (cuatro años y cinco meses). En promedio, dicen los científicos, los pequeños de dos años veían poco menos de nueve horas de televisión a la semana, mientras que a los cuatro años el promedio era de menos de 15 horas.

Pero 11% de los niños de dos años y 23% de los de cuatro años veían más del límite máximo recomendado (dos horas al día). Los investigadores llevaron a cabo un seguimiento cuando los pequeños cumplieron diez años y se les solicitó a los maestros que evaluaran su desempeño académico y psicosocial y sus hábitos de salud y que midieran su índice de masa corporal (IMC).
Los resultados mostraron que quienes veían más televisión a los dos años tuvieron menores niveles de participación en el salón de clases y menores calificaciones en matemática. También se encontró una reducción en la actividad física general y un aumento en el consumo de bebidas gaseosas y en el IMC.

Tal como expresa la doctora Pagani, "la primera infancia es un período crítico para el desarrollo cerebral y la formación de la conducta". "Los altos niveles de consumo de TV durante este período pueden conducir a hábitos perjudiciales para la salud". "El sentido común sugeriría que la exposición a la televisión reemplaza el tiempo que el niño podría pasar comprometido en otras actividades más enriquecedoras y en tareas que mejoren su desarrollo cognitivo, conductual y motor", dice la investigadora.

Y agrega: "Esperábamos que el impacto de la TV en la primera infancia desaparecería cuando el niño cumpliera siete años, pero es bastante desalentador el hecho de que los resultados negativos continúen hasta los diez años". "Nuestro estudio presenta un argumento de salud pública muy convincente contra la exposición excesiva a la TV en la primera infancia", expresa la doctora Pagani.

El Fondo Nacional de Alfabetismo del Reino Unido afirma que "mientras no se compruebe que los niños menores de dos años pueden beneficiarse con la TV, los padres deben limitar esta exposición y promover otras actividades como conversaciones, lecturas compartidas o juegos imaginativos". Pero agrega que también es posible "fomentar la exposición a programas de televisión de alta calidad, educativos y adecuados para la edad del niño desde los dos a los cinco años".


Información extraída de http://www.semana.com/noticias-ciencia/dano-duradero-tv-ninos/138451.aspx